“...
El autor ha viajado mucho y posee una colección de fotografías de pueblos remotos de Europa y Asia... El aspecto de cada uno de estos lugares es casi siempre el de una uniformidad natural, y no de una variedad desenfrenada de métodos de producción. En una región dada, el mismo material para techar las casas exigen naturalmente una misma inclinación de los techos. Los modos de hacer ventanas, la construcción de marcos, puertas y muros, son casi exactamente los mismos en todos los rincones de una localidad. Un estándar que para los habitantes del pueblo se aviene mejor con sus necesidades y herramientas probablemente hará imperar la armonía en todo conjunto. Todas las habitaciones están orientadas en la misma dirección, pues el sol sale para todos por el mismo lado del valle, y todos desean el asoleo que se ha aceptado como el mejor.
Los pueblitos suizos tienen el mismo encanto de la repetición que los bosques de abetos que cubren los montes que los rodean. En estos, cada árbol se parece a su vecino porque todos están en un mismo suelo, todos reciben la misma irradiación durante el curso solar del día y del año, todos soportan la misma carga de nieve y resisten a los mismos vientos.
Innumerables de turistas han gastado millones para recrearse con esa uniformidad apacible y agradable, y nunca se les ha ocurrido que aquello es monótono. La repetición, la unidad de los elementos y la congruencia son, en efecto, los componentes de la armonía.
Al otro lado del pacifico, en las islas del Japón, una nación entera ha estado viviendo en habitaciones minuciosamente uniformadas desde hace mil años. Es una especie de estandarización en masa de la vivienda, que está muy por encima de cualquier intento o cualquier concepción de la era industrial. Los pequeños pueblos japoneses, … se componen de casas con habitaciones que tienen las dimensiones estrictas prescritas por un área básica unitaria: la estera japonesa de 3 x 6 pies. Si las esteras se ponen unos junto a otras, cubrirán completamente el piso de cada pieza, que no es más que un múltiplo de la medida estándar de la superficie. Millones de casas son sencillamente agregados de esas piezas básicas. …Todos los paneles corredizos de las divisiones interiores y exteriores son de 3 pies de amplitud, correspondiendo así a las esteras, y lo mismo sucede con los cajones en los que se guardan los kimonos, doblados y planchados, hechos con telas que, en todo el país se fabrican en telares que tienen 3 pies de ancho. Así, la tela que portan los japoneses y los cajones en que se guarda han establecido las dimensiones básicas para sus habitaciones y su oficio de la construcción.
Esta estandarización de las dimensiones de las puertas corredizas y los cajones de las alacenas, de la construcción del techo, los barandales de los balcones y las tinajas de madera, permitían al planeador, que al mismo tiempo también era constructor y carpintero, esbozar su planta del modo más sencillo. El estándar determina los detalles estructurales y configura la vida. Todas las actividades se integran sutil y orgánicamente con la forma que las contiene y con el escenario en que ocurren…”
Los pueblitos suizos tienen el mismo encanto de la repetición que los bosques de abetos que cubren los montes que los rodean. En estos, cada árbol se parece a su vecino porque todos están en un mismo suelo, todos reciben la misma irradiación durante el curso solar del día y del año, todos soportan la misma carga de nieve y resisten a los mismos vientos.
Innumerables de turistas han gastado millones para recrearse con esa uniformidad apacible y agradable, y nunca se les ha ocurrido que aquello es monótono. La repetición, la unidad de los elementos y la congruencia son, en efecto, los componentes de la armonía.
Al otro lado del pacifico, en las islas del Japón, una nación entera ha estado viviendo en habitaciones minuciosamente uniformadas desde hace mil años. Es una especie de estandarización en masa de la vivienda, que está muy por encima de cualquier intento o cualquier concepción de la era industrial. Los pequeños pueblos japoneses, … se componen de casas con habitaciones que tienen las dimensiones estrictas prescritas por un área básica unitaria: la estera japonesa de 3 x 6 pies. Si las esteras se ponen unos junto a otras, cubrirán completamente el piso de cada pieza, que no es más que un múltiplo de la medida estándar de la superficie. Millones de casas son sencillamente agregados de esas piezas básicas. …Todos los paneles corredizos de las divisiones interiores y exteriores son de 3 pies de amplitud, correspondiendo así a las esteras, y lo mismo sucede con los cajones en los que se guardan los kimonos, doblados y planchados, hechos con telas que, en todo el país se fabrican en telares que tienen 3 pies de ancho. Así, la tela que portan los japoneses y los cajones en que se guarda han establecido las dimensiones básicas para sus habitaciones y su oficio de la construcción.
Esta estandarización de las dimensiones de las puertas corredizas y los cajones de las alacenas, de la construcción del techo, los barandales de los balcones y las tinajas de madera, permitían al planeador, que al mismo tiempo también era constructor y carpintero, esbozar su planta del modo más sencillo. El estándar determina los detalles estructurales y configura la vida. Todas las actividades se integran sutil y orgánicamente con la forma que las contiene y con el escenario en que ocurren…”
Nota: cursiva y negrita fueron agregadas.
Richard Neutra. Planificar para sobrevivir. Primera edición; Fondo de cultura Económica. México. 1957
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