viernes, 20 de febrero de 2009

FORMA Y FUNCIÓN

IDEAS PROYECTUALES 6/PROJECT IDEAS 6
“… El programa constituyo el elemento esencial para la arquitectura moderna, sobre todo para que en la segunda mitad de los años cincuenta alcanzó la plenitud, al convertirse en un modo habitual de concebir, que no necesita argumentar en cada ocasión su oportunidad histórica y su calidad estética…
En la actualidad, por el contrario, el programa es objeto de desconsideración, tanto en las escuelas de arquitectura como en la calle: la mayor parte de la arquitectura actual parece decidida contra el programa. Considerado como una simple relación cuantitativa de condiciones, si incorpora al edificio como un escollo a salvar: es frecuente oír el argumento de que “la complejidad del programa impidió hacer arquitectura”, dando por sentado que se trata de dos realidades distintas, determinadas por valores prácticamente contrapuestos.
En realidad, sólo se puede iniciar la concepción cuando se consigue captar la estructura de la actividad, estructura que no puede reducirse a la suma de requisitos funcionales particulares, sino que define el ámbito de posibilidad de la forma, en la medida que consigue apreciar las estructuras formales compatibles con el sistema de actividades que prevé el programa. Solo adquiriendo distancia en la consideración en el programa- es decir, tratando de entender la actividad en su conjunto- puede apreciarse su virtualidad formal y proponer estructuras espaciales que satisfagan en su totalidad y, a la vez, cumplan todos sus requisitos.…La estructura de la actividad que describe el programa establece un marco de posibilidades formales que se sobrepone a las que el lugar sugiere y permite: el juicio del autor actúa sobre estos dos ámbitos de formalidad posible, proponiendo una estructura. Tal propuesta se somete a la verificación tanto del programa como de las condiciones del lugar: de esa confrontación surgen modificaciones que pueden afectar tanto al modo de estructurar la actividad como a la incidencia del edificio en el sitio. De estos cambios puede desprenderse una modificación de la propuesta que sugiere un modo diferente de plantear la actividad, lo que, a su vez, sugiere un cambio en el dominio de la síntesis formal. Y así sucesivamente, hasta que se da con una propuesta que satisface las variables en juego.
...
El autor del proyecto observa por tanto la realidad física del lugar como las distintas fases por las que atraviesa el progceso, desde categorías formales que tratan de incorporar sus respectivas sugerencias. El procedimiento es, por tanto, inductivo, de modo que procede desde la superposición de una serie de fenómenos particulares hacia una configuración de carácter general que dé cuenta de la singularidad del problema y, a la vez, la trascienda, por el grado de universalidad de su estructura.… Si se entiende el cometido real del programa en el proyecto de arquitectura, queda claro – por definición- no puede ni determinar la solución ni entorpecerla: en tanto que sistema de actividades, establece el ámbito de posibilidad de la forma y, a la vez, actúa como elemento de verificación del proyecto en diversas fases de su proceso. "
Helio Piñón, Nicanor García. Teoría del proyecto, Edición UPC , 1era ed. Mayo de 2006

Acerca de la “Estética” - IX

IDEAS PROYECTUALES 5/PROJECT IDEAS 5
Mientras se proclama que la “belleza” es intemporal y se relega a un pedestal de ocasión abandonándola allí con todos los hombres, la civilización está en peligro de desintegrarse
"…
El producto final no es independiente de una interpretación que va implícita de los procesos que la formaron.
El placer estético que solo parece atañer a las formas en el espacio, también atañe a los desarrollos en el tiempo que aquellas implican, a no ser que esas formas se arranquen de su contexto práctico para establecer teorías simplificadas.
Parece que nuestra constitución fisiológica, nos lleva a ver las cosas siempre en una perspectiva cronológica genética. Más aun inconscientemente vemos las cosas como si las hubiera hecho un creador humano, tendemos a percibir la acción de un ser creativo dotado con un equipo y una conducta nerviosos iguales a los del hombre. Esta actitud ingenua antropomórfica, es natural y también está determinada fisiológicamente, pues toda experiencia creativa que podamos tener, tiene una correlación con nuestras propias reacciones nerviosas, como las que acompañan nuestros esfuerzos para producir una cosa.
Cuando miramos la cerámica hecha a mano, o los trazos de un dibujante, o la escritura de un calígrafo, nos identificamos inconscientemente con quienes lo hacen: parecemos sentir como sustitutos, el esfuerzo muscular de la experiencia nerviosa del artista, como si los ejecutantes fuéramos nosotros. Nuestra experiencia empática de los dolores de la creación, que inferimos inconscientemente cuando miramos el producto, puede añadir o quitar algo, puede aumentar o aminorar el placer que obtenemos de él.
La precisión – o sea la menor desviación posible de nuestra meta teórica- ha sido siempre una de las más importantes aspiraciones humanas; ha sido considerada de hecho, como veremos, el objeto de un anhelo básico. Durante miles de años, la precisión en la producción solo se podía alcanzar por métodos laboriosos. Así, nuestra actitud ante la precisión ha estado estrechamente ligada a la idea de un proceso lento, largo y trabajoso, como ya se ha hecho notar, la cualidad del trabajo preciso se ha asociado a su vez con la característica de rareza, alguna vez hasta con la de ser único en su género.
Sin embargo, con el advenimiento de la maquina, con el concepto de calidad ha sufrido una transformación profunda, por lo que toca a nuestras reacciones nerviosas…
Todo este trabajo de precisión no se destinaba a producir un telescopio de refracción para uso astronómico, sino a producir este artículo que se encuentra en todas partes… Cuando la precisión se hizo corriente en una civilización industrializada, perdió inevitablemente mucho de su atractivo y de su prestigio misterioso…
La maquina introdujo una psicología de la precisión completamente nueva, cambiando y a veces hasta invirtiendo, los acentos. Gracias a ella, las formas irregulares e imprecisas se han vuelto excepcionales, y han adquirido un atractivo casi enfermizo.
En la estética abstracta, el método para producir un objeto puede desatenderse como factor para la valorización. Pero la situación real y los procesos cotidianos de nuestra mente no son nunca tan unívocos. Cada vez que nos encontramos ante un producto, nuestra actitud hacia él se ve motivada, más o menos conscientemente, ante todo por consideraciones de funcionamiento y consumo. ¿Qué relación existe entre la forma del objeto y su manera de funcionar? En segundo lugar vienen las consideraciones acerca de la génesis de esa forma. ¿Cómo se produjo? ¿Cómo surgió y llegó a esta materialización particular?...
El primer grupo de preguntas se refiere al significado funcional el segundo al fondo constructivista, a los procedimientos constructivos que se infieren del aspecto. Por tanto toda la apreciación del diseño tiene estos dos aspectos vitales: el constructivista y el funcionalista. También la belleza concreta de un organismo, digamos una planta no se aprehende solo como un fenómeno estático fijo en el espacio. También aquí es indispensable la perspectiva temporal y dinámica. En nuestra mente, la belleza está relacionada, por una parte, con el proceso que llevo a este organismo hasta su estado presente, y, por la otra, en la manera cómo funcionará para llenar sus obvios requisitos biológicos. Gran parte de esto puede percibirse intuitivamente sin conocimientos analíticos, y hasta un juicio erróneo no altera el principio.
Si miramos un pino doblegado por el viento en una costa escarpada, el concepto que tenemos de él no permanece dentro de los límites de una simple impresión sensual. Lo impide la estructura combinada y de gran conductividad de nuestro aparato neuromental, su amplio funcionamiento como un todo integrado.
La percepción sensorial no hace más que desatar un proceso automático de actividad mental superior y puede poner en marcha mecanismos asociativos de nuestra mente. De principio a fin, nuestras emociones actúan conjuntamente. Sentimos de golpe la lucha que el árbol ha librado con las tormentas. El desarrollo en el pasado, la función actual en relación con las fuerzas externas, la expresión elocuente de apresto funcional – el árbol se aferra en dirección de los vientos dominantes - , todo es difícilmente separable de lo que consideramos la forma y la belleza de un árbol viejo. Cualquier división o doctrina del concepto total en el aspecto estético y no estético seria artificial, y borraría en vez de aclarar la comprensión de este fenómeno realmente unificado. El punto de vista fisiológico no permite tal división; y ningún otro punto de vista
Una aberración al pensamiento es lo que ha favorecido la separación, y hasta la antítesis, entre belleza y utilidad, dando la primera un acento de extravagancia e inutilidad. Cuando se ha establecido semejante contraste, el adulto que se respeta, el hombre práctico, no puede menos de votar por la utilidad ante todo, haciendo quizá algunas concesiones ocasionales y tímidas a la belleza que relegó al segundo lugar.
…”
Richard Neutra. Planificar para sobrevivir. Primera edición; Fondo de cultura Económica. México. 1957

martes, 3 de febrero de 2009

PABELLON DE MEDITACION/MEDITATION PAVILION

MATERIALES DE PROYECTO 3/PROJECT MATERIALS 3

STUDIO TAMASSOCIATI
Khartoum. Sudán.


Arquitectura, como rezaba Le Corbusier, capaz de conmocionar, muy respetuosa del lugar, con un perfecto encuentro con el suelo y aberturas hacia un solo lado para controlar el ingreso de luz solar. Esta obra, pequeña, nos muestra otra vez que la calidad, esta abstracción que roza lo poético, no tiene nada que ver con el tamaño. Como en los anteriores materiales de proyecto, no muchas palabras, más imágenes. Aquí las dejo.










Fuente:
www.tamassociati.org